En la actualidad existen numerosas técnicas de adiestramiento canino que pueden ser clasificadas en dos grandes categorías: técnicas basadas en teorías del aprendizaje y técnicas basadas en la etología canina.
En el primer grupo encontramos técnicas estandarizadas que usan recompensas o castigos, dependiendo de cuál sea la técnica. En el segundo grupo, encontramos técnicas no estandarizadas que se basan principalmente en creencias populares y no en estudios científicos.
Técnicas basadas en las teorías del aprendizaje
Estas técnicas priorizan la modificación de conductas del perro, dando menor relevancia a la conducta típica de la especie canina. Incluyen todas aquellas que usan refuerzos positivos, refuerzos negativos y castigos para educar a un perro. Las técnicas incluidas en esta categoría siguen filosofías diferentes, formando las tres siguientes subcategorías:
- Adiestramiento canino tradicional
- Adiestramiento positivo
- Técnicas mixtas
- Técnica de adiestramiento canino tradicional
Este tipo de adiestramiento tiene sus bases en el de perros militares durante la primera guerra mundial. Después de la segunda guerra mundial, esta forma de adiestramiento se extendió al entorno civil y se convirtió en el medio más utilizado para educar a un perro.
Esta forma de adiestramiento se desarrolló empíricamente, sin las bases científicas que actualmente rigen el adiestramiento de los animales. Sin embargo, parece ser que en 1910 Konrad Most ya comprendía los principios del condicionamiento operante, que todavía no habían sido publicados, y la técnica puede ser explicada mediante esos mismos principios.
En el adiestramiento tradicional predominan los refuerzos negativos y los castigos como medio de enseñanza.
El refuerzo negativo es el proceso por el que se fortalece una conducta debido a que la consecuencia de dicha conducta es la desaparición o evitación de alguna situación desagradable. Por ejemplo, si empujas los hombros de tu perro hacia abajo, esto causará una sensación desagradable para tu mascota. Por tanto, si dejas de empujar cuando tu perro se echa, él se echará cada vez con más frecuencia para evitar la presión que haces sobre sus hombros. Entonces, estarás utilizando el refuerzo negativo para enseñarle a echarse.
En cambio, un castigo es algo desagradable que ocurre como consecuencia de una determinada conducta, y que hace desaparecer esa conducta en ese momento. Sin embargo, el castigo puede tener consecuencias imprevistas y no necesariamente reduce la frecuencia de esa conducta particular.
Un ejemplo de castigo sería si gritas o golpeas a tu perro cuando se sube al sillón. Esto puede hacer que el perro se baje del sillón en ese momento, pero no le enseña que no debe volver a subir. Algunas consecuencias imprevistas de este castigo hipotético podrían ser que tu perro te muerda por pegarle, que se asuste cada vez que te ve o que adquiera fobia a los sillones.
Los collares de ahorque, de púas y eléctricos, son herramientas comunes en el adiestramiento tradicional y todas sus variantes. Además, este tipo de adiestramiento suele concentrarse principalmente en ejercicios de obediencia, dando menos importancia a los problemas de conducta.
Los defensores del adiestramiento tradicional suelen argumentar que ésta técnica proporciona resultados muy confiables. También argumentan que usar collares de ahorque o de púas no es dañino para el perro, puesto que los perros tienen una mayor resistencia al dolor.
Los detractores del adiestramiento canino tradicional suelen argumentar que tanto la técnica como las herramientas empleadas son crueles y violentas. Además, suelen sacar a relucir el hecho de que esta técnica puede tener efectos colaterales negativos, como perros que muerden por miedo o daños traqueales por el uso de los collares de ahorque.
2. Técnica de adiestramiento positivo
El adiestramiento positivo tiene sus bases en los principios del condicionamiento operante, desarrollados por B. F. Skinner. Aunque no es algo nuevo, tuvo poca difusión hasta los años 90.
Este tipo de adiestramiento se basa en el refuerzo positivo. Aunque popularmente también se lo conoce como adiestramiento basado en recompensas, el refuerzo positivo no es lo mismo que una recompensa.
El refuerzo positivo es el proceso que fortalece una conducta debido a que esa conducta particular tiene consecuencias agradables. Por ejemplo, si tu perro se echa y en ese momento le das un trocito de comida, él tenderá a echarse con más frecuencia para recibir la comida. Entonces, estarás usando el refuerzo positivo para enseñarle a echarse.
En cambio, si tu perro se echa y tú lo recompensas después de 10 segundos, él no podrá asociar la acción de echarse con la recompensa recibida. Tu perro puede pensar que lo recompensaste por mirar hacia arriba o por mover una oreja. En este caso, estarás recompensando a tu perro, pero no estarás reforzando una conducta deseada.
Un error frecuente consiste en pensar que en el adiestramiento positivo solamente se le hace notar al perro aquellas cosas que ha hecho bien, y no las que ha hecho mal. En este tipo de adiestramiento, se utiliza una señal que le indica al perro cuando ha hecho algo mal, pero no se usan castigos físicos ni refuerzos negativos.
Los detractores del adiestramiento positivo suelen argumentar que no es una buena manera de adiestrar porque el perro solamente responde cuando hay comida de por medio, y porque los resultados no son fiables.
Aunque los argumentos de los oponentes son muy comunes, no son ciertos. La eficacia del adiestramiento positivo se hace evidente en los cientos de perros de asistencia, de competencia, policías y actores que han sido adiestrados con métodos positivos.
3. Técnicas mixtas
Las técnicas mixtas utilizan refuerzos negativos y los positivos. Aunque suelen tener resabios del adiestramiento tradicional, como el uso de collares de ahorque, parecen ser más amigables con los perros. De hecho, muchos campeones de deportes caninos siguen un plan mixto de adiestramiento.
Los adiestradores que usan técnicas mixtas suelen evitar el uso de comida para entrenar. Cuando tienen que reforzar positivamente, tienden a preferir los juegos.
Técnicas basadas en etología canina
La etología es la ciencia que estudia la conducta natural típica de una especie. En este sentido, estudia conductas instintivas y conductas que, no siendo instintivas, son características de dicha especie.
Por tanto, las técnicas de adiestramiento canino que se basan en la etología, son aquellas que consideran las conductas naturales de los perros.
Estas técnicas normalmente ignoran los principios establecidos por las teorías del aprendizaje y todas ellas se basan en la premisa fundamental de que los dueños tienen que convertirse en los líderes de la jauría para poder controlar a sus perros. Esto se conoce popularmente como el paradigma o la teoría del perro alfa.
El paradigma del perro alfa indica que los perros establecen jerarquías de dominancia dentro de sus jaurías. Entonces, para poder mantener una relación armoniosa con tu perro, él tiene que reconocerte como el individuo de mayor jerarquía: el perro alfa.
Es importante tener en cuenta que estas técnicas, por sí solas, no permiten enseñar ejercicios de obediencia o trucos. Por eso, la mayoría de los adiestradores no acepta que estas sean técnicas de adiestramiento, sino solo complementos de utilidad.
Quizás en un futuro la etología pueda proporcionar bases científicas más sólidas que ayuden a desarrollar las técnicas de adiestramiento canino. Por el momento, y aún cuando existen casos exitosos como los de César Millan y Jan Fennell, las técnicas basadas en etología canina no proporcionan lineamientos claros y precisos para el adiestramiento canino.
Ningún tipo de violencia con el animal se puede consentir y debe ser inmediatamente denunciada.
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